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Ficha Técnica
Grabado, mezclado y masterizado por Gustavo de León
Producción artística: Andrés "Poly" Rodríguez y Gabriela Morgare
Grabado en Estudios Sondor (Montevideo, Uruguay) entre junio 2012 y enero 2013
Diseño gráfico: Germán Barcelona
Fotografía: Magoya
Fotografíade grabación: Gustavo Di Landro
Producción ejecutiva: Ángel Atienza
Gabriela Morgare: voz
Julio Cobelli: arreglo y guitarras en 1, 2, 10, guitarra en 5
Andrés "Poly" Rodríguez Arreglos y guitarras, 4, 5, 6, 9 y 11; guitaras 1, 2, 10; guitarrón 4 y 11
Gabriel "Sapo" Federico: guitarras 4, 5, 6, 9, 11; guitarrón en 4 y 11
Guzmán Mendaro: guitarra en 1, 2 y 10
Nicolás Ibarburu: guitarra en 10
Gabriel rodríguez: contrabajo en 4 y 5
Sergio Astengo: bandoneón en 5
Tabaré Leyton: voz en 5
La Yunta Trío: Mayra Hernández (piano), Gabriel rodríguez (contrabajo) Sergio Astengo (bandoneón): 3 y 7
Carlos Gómez: arreglo y guitarra 8
Juan rodríguez: violonchelo y acordeón en 8
Horacio Di Yorio: arreglo y piano 12
Gabriela Morgare nos conduce tango adentro. Hacia la alta mar del tango y hacia sus profundidades. Y lo hace con el acierto de los poetas, que nos enseñan aspectos desconocidos de la realidad cotidiana.
En Estación Tango nos propone un repertorio de clásicos en un orden que va de sombra a luz, de nube a sol, magníficamente conseguido. "Podré tomar tu silencio/ con estas manos heladas/ y por las calles del viento/ seré una nostalgia/ buscándote a vos...". Con estos versos de Cátulo Castillo nos canta, desde su voz despojada de afectaciones, anunciándonos el hondo recorrido que se nos viene...
Gabriela se desenvuelve bien en la crónica, en la acuarela que nos pinta épocas pasadas. De este tenor son: Se muere de amor, Viejo baldío y Un tango para Esthercita, con arreglos del gran Julio Cobelli, y Tal vez será tu voz, en el que Mayra Hernández revive con corazón y belleza el piano de Zagnoli. Hay que agregar a esta lista Flor de lino, que es un canto a la soledad sin remedio, donde Gabriela expone los mejores matices de su media voz engastados en un magnífico arreglo de Poly Rodríguez en dúo de guitarras con Gabriel Federico, este último, un músico sencillamente maravilloso.
Todos estos son puntos altos de este trabajo en el que Gabriela, desde esa reiterada soledad meditativa declarada desde el mismo arte de tapa del disco, consigue reunir, sin embargo, una nutrida troupe de entre los mejores valores del tango actual. Pero dejo para cerrar esta presentación un último apunte sobre Pinceladas de puerto (En la madrugada), del enorme Tito Cabano, con arreglo y ejecución de Horacio Di Yorio. En la madrugada, así, sin paréntesis, es un logro en todo aspecto: desde la concepción del arreglo con algo de la alegría de Bola de Nieve en el sonido grande del piano hasta la interpretación de Gabriela, que nos hace imaginar el gran escenario, el gran cabaret, con su virtuosismo y su arte. Es este tema un inmejorable broche de oro para el cierre del disco, esa luz plena de la que hacíamos mención al principio. Hay que saludar la llegada de este disco y recibirlo con mimo y agradecimiento. Por la poesía y música que nos aporta, por la determinación y el saber hacer de su impulsora, Gabriela Morgare, y, nada más ni nada menos: por todo el tango que pone en marcha...
Daniel Petruchelli
Embarcarse en esta “Estación Tango” y efectuar todo el recorrido que nos propone, requiere de un profundo ejercicio auditivo finalizado el cual nos queda una sensación sumamente placentera, motivada por razones varias que se dan cita en el desarrollo del CD.
En primer lugar, saltan a la vista y fundamentalmente a oído, dos consideraciones muy notorias que son los cimientos sobre los cuales se sustenta buena parte del acierto conseguido:
a) El buen gusto con el que se seleccionó el repertorio. Cualquiera de las doce obras está muy lejos de la vulgaridad a que nos tienen acostumbrados algunos intérpretes. El contenido del disco fue elegido con rigor, con profesionalismo y sobre todo con un criterio de calidad que resulta fundamental para el resultado final. Se incluyen obras que van desde Pascual Contursi (letrista fundacional del tango) a Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo, Homero Expósito, pasando por los compatriotas Alberto Mastra y Tito Cabano y culminando en Homero Manzi (el poeta mayor del tango).
Se podrá argumentar que no se incluyen creaciones nuevas. Y sí, no las hay. Pero se trata de un repertorio de clásicos en que los escogidos forman un paquete compacto que expone un parejo y excelente nivel creativo.
b) el magnifico acompañamiento musical en que se apoya la cantante en cada uno de los tracks. Claro está que estos letristas referidos, para que sus trabajos constituyan un todo, unieron su creatividad a la de grandes compositores musicales. Por ejemplo, Pedro Maffia, Juan Carlos Cobián, Aníbal Troilo. Lucio Demare, Héctor Stamponi, entre otros, cuyas composiciones son magníficamente captadas por los grupos de acompañamiento formados en cada caso. Y aquí es importante destacar nuevamente el fino gusto de Gabriela Morgare para conformar el quipo de trabajo y buscar el respaldo musical adecuado a cada obra.
En algunos casos (Se muere de amor, Viejo baldío y Un tango para Esthercita) los arreglos son de del maestro Julio Cobelli quien además interviene tocando guitarras junto a Poly Rodríguez, Guzmán Mendaro y Gabriel Federico (guitarrón), en un track, se suma Nicolás Ibarburu.
La Yunta Trío la secunda espléndidamente en Niebla del Riachuelo y Tal vez será su voz, en base a arreglos de Juan Schellemberg y César Zagnoli, respectivamente.
Poly Rodríguez (de Las Criollas Guitarras, acompañamiento habitual de Gabriela) es el arreglador en varias oportunidades. Toca guitarras formando el conjunto con su compañero Gabriel Federico y a veces con la intervención del contrabajista Gabriel Rodríguez.
Al final del disco, en Pincelada de puerto (Tito Cabano), Aparece otro hallazgo. Es el aporte brindado por el pianista Horacio Di Yorio sobre arreglo propio. La melodía original está como en un segundo plano pero por momentos se hace presente con plena intensidad recordándonos la pieza de “El Tito”, pero planteada con una propuesta renovada, actual, fresca.
Pero me quiero detener en la grabación de Romance de Barrio (Aníbal Troilo-Homero Manzi). El arreglo es de Poly y junto a él participan Gabriel Federico, Gabriel Rodríguez (cb) y Sergio Astengo (b). Junto a Gabriela canta Tabaré Leyton. Y recalco nuevamente la habilidad de la cantante para buscar y encontrar el acompañamiento que dé el clima adecuado a cada interpretación. Un acompañamiento que siempre, en todos los casos, le brinda una sólida base sobre la cual ella hace flotar su voz.
Es una feliz idea incluir a Leyton, el que con su inmejorable afinación, cantando por momentos a dúo con Gabriela y por momentos solo, introduce una atmósfera muy especial en la descripción de Manzi. Da la impresión que la narración del tema está hecha por dos personas, que son dos reflexiones que sobre el mismo hecho hacen cada uno de ellos. Y eso se llama creación.
Por otra parte la presencia del bandoneón de Sergio Astengo es otra excelente idea ya que le agrega a la obra un colorido fuera de lo común y crea un entorno de barrio, de casa colonial que uno se imagina en una tarde soleada, con amplias ventanas a la calle y al fondo un gran parral y muchas plantas.
Y me falta referirme a la intérprete. Hago la salvedad, para quienes no me conozcan, que no soy de “elogio fácil”, más bien para algunos resulto bastante “asquerosito” a la hora de emitir un juicio.
Gabriela tiene la voz educada. Es muy afinada, no grita e interpreta bien. No se pelea con las letras, las vive, las siente las transpira, como ocurrió el mes pasado en el MNAV cuando la presentación de “Ensayo de Alberto Mastra”, más que nada cuando cantó Mi viejo el remendón (las guitarras por momentos tocaban piano y hasta pianissimo para permitir que ella hiciera uso de su media voz, recurso que maneja muy hábilmente y que es una de sus varias cualidades interpretativas.
Muy bien Gabriela de principio a fin del viaje que se inicia en “Estación Tango”. Y en ese recorrido, demostrando que también puede hacer otras cosas, hay una canción de los autores brasileños Tom Jobin y Chico Buarque que resulta un deleite escuchar. Y allí también está presente la premisa del fondo musical acorde a cala tema. El arreglo y la guitarra son de Carlos Gómez, mientras que Juan Rodríguez toca violonchelo y acordeón y, demás está decirlo, encuentran la música requerida por Gabriela.
Pero si algo le faltaba a este CD, en el que se cuidaron todos los detalles tanto en el contenido como en el continente, es un muy acertado comentario de Daniel Petruchelli. Esto me hace acordar a los ya lejanos Larga Duración, donde en la funda de los mismos aparecían comentarios escritos por personalidades del ámbito literario (escritores, periodistas., comentaristas, etc.) que eran una verdadera obra de arte. Después, con el advenimiento de los CD, esa costumbre se fue perdiendo casi totalmente; pero ahora parecería que, por suerte, la tendencia es a que se retome (pongo como ejemplo dos discos editados recientemente en nuestro país: El presente es uno de ellos y el otro es Alberto Mastra -Itinerarios-, edición de SONDOR, octubre 2013, que está acompañado de un trabajo de análisis e investigación a cargo de la Prof. Marita Fornaro). Ramón González
Este trabajo ha sido realizado con el apoyo del Fondo Nacional de Música (FONAM).
Más información: www.gabrielamorgare.com |
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