Ficha Técnica
Los temas 1, 2, 5 y 6 fueron grabados en "La Batuta" por Hugo Jasa en mayo de 1983.
Los temas 3,4,7 y 8 fueron grabados en "La Grabadora" por Luis Mazzoni entre abril y julio de 1989.
Carátula del cassette original: Fidel Sclavo
Fotografía: Roberto Yabeck
Dirección de arte: Rodolfo Fuentes
Producción ejecutiva: Ángel Atienza
Cuando la nostalgia guía Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica, Camiruaga: vibráfono y marimba
Otoño del '83 Pereyra: guitarras clásica, acústica y eléctrica, Roland: guitarra acústica
Dis-solución Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica, Ferreira: contrabajo
Reposo de la hierba Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica, Figueiras: oboe, Goicoechea: piano, Ferreira: contrabajo
En los campos de Colonia Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica
Fábula Pereyra: guitarra acústica, Roland: Guitarras acústica y clásica
A ras de cielo Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica, Figueiras:oboe, Levin: violonchelo
Un exceso de luz Pereyra: guitarra acústica, Roland: guitarra acústica, Camiruaga: vibráfono, Ferreira: contrabajo, Figueiras: oboe
En diciembre de 1989 se editaba simultáneamente en Montevideo y Buenos Aires un trabajo de música instrumental titulado Un exceso de luz, del cual figuraba como responsable un tal 'Ensamble Acústico'. Al principio, se hicieron en tres tandas unas 500 copias sólo en cassette: ese hecho marcó por un lado, el inicio del sello independiente Perro Andaluz; y por otro, la aparición del primer registro en Uruguay de una propuesta musical enmarcada en ese rótulo (hoy bastante devaluado) dado en llamar new age music.
La aceptación general de Un exceso de luz por parte del público y de la crítica fue excelente, las ocho composiciones que conformaban el fonograma lograban un clima especial que sorprendió a mucha gente en tanto producto rioplatense: la mayoría de quienes desprevenidamente escuchaban algunos de los temas pensaba que se trataba de 'algún músico del sello Windham Hill'.
Pero la verdad era que Ensamble Acústico fue el nombre que dos guitarristas oriundos del departamento de Colonia encontraron por 1984 para expresar en palabras una idea musical simple y compleja a la vez: sobre la base formada por un elaborado entramado rítmico de guitarras, ir agregando instrumentos (todos acústicos) como quién va dando colores sobre un dibujo de tinta trazado con un criterio cercano al minimal. En lo posible, todos los instrumentos serían acústicos, y la única constante desde el punto de vista instrumental sería la presencia de dos o más guitarras. El formato del grupo sería móvil: desde un dúo a un quinteto o sexteto, pasando por todas las posibilidades intermedias.
Este criterio 'de cámara' en donde se fusionan estilísticamente elementos procedentes de la música clásica, del folk, del jazz, y hasta de ritmos autóctonos muy filtrados, resultó un verdadero hallazgo, sobre todo tomando como parámetro el no muy variado panorama de la música instrumental uruguaya de los últimos años.
No obstante las prolongadas resonancias que dejó la edición de Un exceso de luz, más la larga amistad y los años de trabajo en conjunto desde que Billy Pereyra y Eduardo Roland formaran en 1981 el dúo de guitarras (que sería el origen del posterior Ensamble), las concreciones en materia discográfica y/o de presentaciones en vivo fueron muy pocas.
Bajo el nombre de Ensamble Acústico el grupo se presentó sólo en dos oportunidades: un par de recitales en la sala de la Alianza Uruguay-Estados Unidos, en diciembre de 1988; y una actuación en el Primer Encuentro de Música Instrumental Uruguaya, que reunió en octubre de 1994 a los músicos más importantes de esa 'corriente' en el mayor escenario del país, el Teatro Solís.
En todos esos años, Eduardo Roland y Billy Pereyra siguieron componiendo y ensayando de manera más o menos regular, como para mantener viva una llama que cocina a fuego muy lento una música 'larga vida', que no se echa a perder con el paso del tiempo. Razones extra-artísticas hicieron que Niebla y Geometría, el planificado segundo trabajo del Ensamble Acústico, no pudiera comenzar a grabarse luego de un par de intentos realizados durante el transcurso de 1996. Desde ese momento las guitarras del Ensamble permanecen en silencio. Así como hoy, a más de diez años de la primera edición en cinta, se reedita en disco compacto esta pieza única, y también porque 'la esperanza es lo último que se pierde', nadie dude que quizás dentro de una década aparezca un nuevo registro (vaya a saberse en qué soporte tecnológico) del Ensamble Acústico, un ave más rara aún que el Fénix.
Montevideo, julio de 2001.
Nuestro agradecimiento a: Oscar Pessano, Ángel Atienza, Robert Yabeck, Miguel Dorelis, Fidel Sclavo, Carlos Rauschert, Claudio Romanoff, Guzmán Artagaveytia y a todos los que hicieron posible esta realización.
Un abrazo a Gustavo Margulies y Paul Stringa.
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